La atención a la
diversidad no se trata únicamente, como se cree de manera errónea, de atender a
niños con necesidades especiales, problemas de retraso madurativo o de
aprendizaje.
Entendemos la
diversidad como que cada niño y niña son totalmente diferentes, con sus ritmos
evolutivos y sus intereses. Como tal nuestra misión es adaptar los contenidos a
cada uno, según sus necesidades.
También hay que tener
en cuenta que atender la diversidad de alumnos que tenemos no pasa solo por una
adaptación curricular, sino más bien por buscar medios, recursos y propuestas
en las que todos puedan participar en la medida de sus posibilidades y por
tanto conseguir un aula inclusiva.
Las diferentes leyes
educativas, a pesar de sus cambios, contemplan el desarrollo integral del niño,
en el que se deben trabajar las siguientes capacidades y según la Guía General
del MEC de 1992 éstas deben ser de cinco tipos: Cognitivas, psicomotrices, de
autonomía y de equilibrio personal. Por ello, en Educación Física se hace necesario
trabajar no solo a nivel motriz, sino con una práctica simultánea de todas esas
capacidades, imprescindibles para el desarrollo integral del individuo (Pérez
Pueyo, 2005).
Con los niños que
tienen un problema a nivel cognitivo (TEA, TDA o TDAH) o niños con problemas de
aprendizaje o retraso madurativo, pero que pueden trabajar bien a nivel motor,
debemos reforzar la comunicación verbal a través del contacto visual directo,
los gestos, etc.
Existe un sistema de
símbolos gestuales o gráficos (con material de apoyo) para las personas con
dificultades comunicativas y de lenguaje, que se denomina ComunicaciónAumentativa y Alternativa y su uso resulta muy interesante como refuerzo comunicativo en el aula.
Para alumnos con
dificultades motoras, visuales o auditivas, se adaptarán los juegos de manera
que ellos puedan participar en la misma medida que sus compañeros. No resulta
inclusivo ser árbitro, sino jugar con el resto de los compañeros.
Uno de los recursos
que se deben plantear a nivel de centro es poder hacer desdobles en el aula en
la hora de Educación Física o contar con una persona de apoyo, de tal manera
que se puede trabajar en pequeño grupo o individualmente y el profesor puede
estar más pendiente de los alumnos que lo necesiten.
A nivel general, para
trabajar las individualidades de cada niño o niña, se debe estar atento al
grupo, a cómo interaccionan, si son más o menos hábiles en determinadas
actividades, sus ritmos, etc. Todo eso se consigue con la observación
sistemática a nivel grupal e individual. A partir de ahí favoreceremos
interacciones entre alumnos que se complementen, para que cooperen y aprendan
unos de otros.
LAURA GALINDO
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